La Revista de crítica literaria marxista (2008), de la Fundación de Investigaciones Marxistas:1 «llenar un vacío»^ «agrupar la dispersión». Si es cierto que quien quiera acercarse a la crítica literaria marxista, hoy, sea estudiante o especialista, se encontrará con «enormes dificultades y obstáculos», tal como anuncia David Becerra Mayor (Rebelión, 04/11/08), en la presentación del primer número de la Revista de crítica literaria marxista, de la FIM:2 por ejemplo, ser «tildado de dogmático»; o de «estar desfasado», o de «no haber sido capaz de adaptarse a los cambios». No es del todo cierto, sin embargo, que no haya modelos actuales a los que acudir, o que «acudir a los clásicos del marxismo» (Lukács, Althusser, o la Escuela de Frankfurt) sea un problema-, pues la potencia de sus propuestas permanece vigente, más allá de los vaivenes de las modas, sean canónicas, mediáticas o académicas. La Revista de crítica literaria marxista lo que sí hace es «llenar un vacío», y dar la posibilidad de «agrupar la dispersión», tras el «proceso de desideologización de las prácticas sociales» que se ha dado en los ámbitos académicos y universitarios especialmente. En efecto, «hay que reivindicar primero el valor teórico del marxismo, para construir después una praxis». Y este es un reto eminentemente ideológico', eso es cierto. Y esta revista es, de hecho, a partir de ahora, tanto espacio de «lucha ideológica» (como quiere David Becerra Mayor), como laboratorio de ideas (en palabras de César de Vicente Hernando). De cualquier modo, y entrando ya, de lleno, en su contenido, si las preguntas pertinentes fuesen estas: ¿Cuáles son las condiciones de una estética marxista?; o ¿sobre qué bases hay que establecerlas? Los artículos de César de Vicente Hernando -a partir de la obra de César Vallejo-, y de Julio Rodríguez Puértolas -con su pormenorizado examen conceptual-, nos dan las coordenadas exactas en dónde enmarcar las posibles respuestas. César de Vicente, en sus «Breves reflexiones sobre Arte y revolución», resume la cuestión de este modo, cuando analiza la aportación de César Vallejo a esta cuestión: ... la estética marxista debe entenderse como el arte (y las teorías sobre el arte) que muestra -y se muestra como- una relación social, conflictiva y crítica ..., y radicalmente histórica ... La estética marxista funciona así, muy rápidamente dicho, como una figura de dos caras en cuyo anverso se establece la estructura histórica (del nivel ideológico) determinada por él enfrentamiento de clases; y en cuyo reverso se establece la estructura artística (la producción de sentido) que remite a ese enfrentamiento de clase... (p. 19) Y establece, mediante trece tesis, los límites de la respuesta del poeta peruano César Vallejo3 a esas preguntas, algunas de cuyas conclusiones podrían, a su vez formularse, del siguiente modo: 1 www.fim.org.es/media/l/1105.pdf Indice del número 1 de la Revista de-critica literaria marxista. PRESENTACION, por David Becerra Mayor. BLOQUE I: CESAR VALLEJO: Matías Escalera. «Machado, Cernuda. César Vallejo: la guerra civil y las palabras». César de Vicente Hernando: «Breves reflexiones sobre Arte y Revolución». BLOQLTE II: LA CRÍTICA LITERARIA MARXISTA: Julio Rodríguez Puértolas: «La crítica literaria marxista». BLOQUE III: POESÍ A Y MARXISMO: Jorge Riechmann: «Cuestiones marxistas disputadas». Isabel Pérez Montalbán: »Desde la realidad contemporánea hacia el compromiso». BLOQUE IV: NOVELA Y MARXISMO: Raquel Arias Careaga: «Novela y marxismo». Marta Sanz: «Marx y la novela». Constantino Bértolo: «El narrador deshonesto o los 49 minutos que nos robó Gustave Falubert». En su obra El arte y la revolución, de 1929 a 1932: «un libro a medio camino entre un texto de critica literaria y una poética»: según César de Vicente Hernando. 1. La obra literaria es, en sentido estricto, lo que los lingüistas llaman un «acto de habla», y, en cuanto tal, un acto «comunicativo», sujeto a una intención (esto es, «construido»); con una finalidad, implícita o explícita, material y concreta, en donde no cabe la «neutralidad». 2. Ni las técnicas utilizadas, ni el léxico, ni los contenidos temáticos, por sí solos, hacen a una obra «socialista» o crítica (por ejemplo, el teatro o la literatura burguesa de los siglos diecinueve y veinte, «con obreros»; o gran parte de las novelas sobre la Guerra Civil española, escritas «desde la izquierda»). 3. El contexto y la coyuntura histórica en que la obra de arte se produce, dota de significado final a la obra artística;4 pues la obra de arte va «de la realidad a la realidad». 4. Las tomas de posición libres del artista -a favor o en contra de la tradición-, como el rechazo de los límites convencionales de la gramática, por ejemplo, en el caso del mismo Vallejo, tienen sentido si se dirigen «hacia un mundo con sentido»,5 Por su parte, Julio Rodríguez Puértolas, en su exhaustivo artículo «La crítica literaria marxista», nos muestra como las obras artísticas son realidades históricas / materiales, que dan cuenta y responden a realidades materiales e históricas, por lo que el arte es una «forma de conocimiento»; y el artista -y el arte crítico- deben llevarnos al «sistema de relaciones» que rige una realidad que se nos presenta fragmentada. ... Las obras literarias «son formas de percepción, modos particulares de ver el mundo [T. Eagleton] » para Brecht la obra «no es sólo una bella apreciación acerca de un objeto real [...] ni tan sólo una bella apreciación sobre la belleza del objeto, sino también y ante todo, una apreciación del objeto, una explicación del objeto» ... (p. 31) Afirmación que nos abre una puerta a la cuestión de la «mediación ideológica», y, por tanto, a la necesidad de espacios de lucha y esclarecimiento ideológicos como esta Revista de crítica literaria marxista. Finalmente, cabría destacar -de entre todos los artículos y escritos que componen este primer número-, dos colaboraciones que aportan algunas otras coordenadas claves también, que nos ayudan a encuadrar aún mejor la respuesta a cuestión inicial sobre los cimientos y las condiciones de una estética de raíz marxista: Una es el artículo de Isabel Pérez Montalbán, titulado «Desde la realidad contemporánea hacia el compromiso», en el que se nos revela cómo el signo artístico crítico {realista): debe ser, ante todo, un signo con Referente, comprometido y contemporáneo (esto es, presente). ... El escritor de hoy debería trabajar con el referente de la realidad [...] partiendo del referente de la realidad y sumando la adquisición y el uso del conocimiento, 4 -ííTesis 7 j gs necesario distinguir entre üteratura revolucionaria rusa y literatura revolucionaria fuera de Rusia y que Combate dentro del mundo capitalista. Este, por otra parte, es el eje Central de la problemática sobre el realismo socialista: que este planteamiento estético no puede ser igual en la URSS que fuera de la URSS. Lo que es construcción en un lugar, es destrucción en los otros... /... Tesis 10: la materia artística procede de la realidad y a la realidad regresa tras el trabajo artístico...« (p. 23) 5 «Tesis 13: [el hombre/él artista] Quiere ser un hombre total. No le satisface ser un individuo separado; parte del carácter fragmentario de su vida individual para elevarse a una plenitud que siente y exige, hacia una plenitud de vida que no puede conocer por las limitaciones de su individualidad, hacia un mundo más comprensible y más justo, hacia un mundo con sentido que produce esta libertad...» (p. 24) creo que puede llegarse a otro concepto muy valioso para entender al autor que crea desde una posición crítica: se trata de la contemporaneidad ... (p. 81 ) Y otra es el artículo de Constantino Bértolo, titulado «0 narrador deshonesto o los cuarenta y nueve minutos que nos robó Gustave Flaubert», en el que a partir de la interpretación del episodio en que padre e hija deciden el matrimonio con el bueno de Charles Bovary,6 se nos señala una de las trampas basada en la elusion, y el enmascaramiento, de la realidad potencialmente novelable, que más asiduamente se nos tiende en cierta novelística aparentemente crítica. Flaubert, con «olfato novelístico» inestimable, nos ahorra esos cuarenta y nueve engorrosos minutos, aunque es en esos «cuarenta y nueve minutos» donde estaba precisamente la novela: o, dicho de otro modo, la vía narrativa que hubiese posibilitado la desnaturalización crítica, esto es, la hislorización de «lo tomado como natural». Y en donde el narrador hubiese alcanzado una dimensión definitivamente crítica. El objetivo de una estética marxista podría ser formulado, así, pues, de este modo: el artista, y la obra de arte, deben mostrar cómo lo vivido -y admitido- como natural, es en realidad una construcción «no natural»; esto es, material e histórica. Las obras de arte críticas nos deben descubrir «lo concreto», atrapado y oculto en la maraña de «las esencias»; o, como Jorge Riechmann lo expresa en su práctica poética, incluida en este primer número de la Revista de crítica literaria marxista: Primero cayeron las escamas de los ojos. Luego cayeron los muros: de los cuarteles las prisiones y las fábricas. Cayeron luego las fachadas de las casas. Cayó después la ropa que cubría los cueipos. Luego cayó la carne que vestía los huesos. Y en un abrazo extático incorruptibles esqueletos celebraron el triunfo de la esencia ...7 Sin olvidar, no obstante, ese significativo «ça dépend...», que, como respuesta abierta -y esencialmente dialéctica-, el propio Karl Marx se da -y nos da- en los Grundrisse,s a la pregunta sobre la naturaleza y la relación entre las «categorías simples» -esenciales- y las «categorías concretas» -materiales: ... ¿no tienen [las categorías simples] una existencia histórica o natural autónoma, anterior a las categorías concretas? Ça dépend ... Matías Escalera Cordero 6 «... Charles amarró el caballo a un árbol. Corrió a apostarse en el sendero; esperó. Pasó media hora, contó otros diecinueve minutos en su reloj. De pronto se produjo un ruido contrata pared; se había abierto el postigo, la aldabilla temblaba todavía.,.» (p. 102) 7 n De Materia1 móvil, Eds. Libertarias, Madrid 1993. 8 Karl Marx, Gnindrisse der Kritik derpoHtischen Õkonomie (traducción en Elementos fundamentales para ¡a crítica de la economía política (Grundrisse) 1857-1858, trad. Pedro Scaron, Siglo XXI, México, 1971).