VERBA HISPANICA XXX • RESEÑAS 221 Rafael Chirbes, Diarios. A ratos perdidos 1 y 2, prólogos de Marta Sanz y de Fernando Valls, Barcelona, Ed. Anagrama (Narrativas Hispánicas, 679), 2021, pp. 472. ISBN: 978-84-339-9931-3. Rafael Chirbes, Diarios. A ratos perdidos 3 y 4, Barcelona, Ed. Anagrama (Narrativas Hispánicas, 701), 2022, pp. 698. ISBN: 978- 84-339-9959-7. A ratos perdidos es tan sólo la avanzadilla de las tres partes en que quedarán re- cogidos los diarios personales de Rafael Chirbes (1949-2015). En esta primera entrega, en dos volúmenes aparecidos a distancia de un año el uno del otro, los cuadernos más antiguos llevan la fecha del mes de abril de 1984 y abarcan hasta el 6 de enero de 2005, cuando ya el escritor alicantino estaba puliendo la novela Crematorio que iba a publicarse dos años más tarde. De entrada cabe dejar muy claro que estas notas íntimas y personales no cons- tituyen los despojos textuales sobre los que puedan haberse abalanzado los herederos directos en pos de ganancias comerciales inmediatas, sino que es una operación editorial acorde a lo que fue la voluntad póstuma del autor. No en vano Chirbes anduvo, hasta fecha cercana a su muerte y siguiendo para ello el modelo de su mentora Carmen Martín Gaite, perfilando y poniendo orden en los múltiples cuadernos acumulados a lo largo de más de tres décadas, transcribiendo las notas manuscritas e incluso agregando comentarios actuali- zados en fase de revisión a medida que estas iban tomando forma en el paso a la escritura digital. Actualizaciones que los editores han tenido a bien realzar con los caracteres cursivos. Otra precisión obligada atañe a la procedencia de estos apuntes fácilmente inflamables. Los diarios personales que ahora empiezan a publicarse no han aparecido de manera súbita. Ya constituida la Fundación Rafael Chirbes en la localidad alicantina de Beniarbeig (que tiene sede en el que fue el último cas- carón del escritor alicantino y donde transcurrieron sus últimos quince años de vida, allí aislado entre la vegetación que cubre la vertiente meridional de la Sierra de Segària), los investigadores que tras la muerte prematura del escritor hemos ido acudiendo a la que fue su última residencia en la tierra, nos familia- rizamos con las copias de los diarios que Manolo Micó, sobrino del novelista y patrono de la Fundación, ha estado custodiando a lo largo de estos años con celo y con la debida cautela. Debo decir que, en mi caso, los apuntes me proporcionaron la información suficiente para entender mejor el contexto en Verba_hispanica_XXX_FINAL.indd 221 10. 01. 2023 10:35:23 VERBA HISPANICA XXX • RESEÑAS 222 el que habían germinado los reportajes de viajero destinados a la revista Sobre- mesa —revista enogastronómica aparecida en 1984 y de la que Rafael Chirbes fue uno de sus primeros directores—, los cuales constituyen un corpus textual que en buena parte confluiría años más tarde en Mediterráneos (1997) y en El viajero sedentario (2004). Los diarios del autor me corroboraron la importancia que el autor dio desde el principio a los mencionados reportajes y el cuidado con que sometió los textos a revisión antes de reeditarlos en las menciona- das compilaciones, con la conciencia de haber escrito «una pieza literaria que iba a recibir tratamiento literario» (como admite esperar infructuosamente en su nota del 21 de diciembre del 2004 [Vol. 1: p. 457]) y no meros encargos editoriales con los que debiera cumplir por razones meramente alimenticias. Una labor profesional por lo demás a la que, tal como evoca en las páginas del segundo volumen, impuso un final brusco para centrarse exclusivamente en la redacción de Crematorio. A la superficie de las páginas de estos diarios afloran, como era de suponer en un lector compulsivo como fue Rafael Chirbes, sus obsesiones y demo- nios literarios. Así como también la búsqueda maníaca del tono; o sea, la semilla primordial en torno a la cual tejer y destejer, una y mil veces, la trama novelesca de cada una de sus obras narrativas en gestación. En este sentido, el primer volumen de los diarios resulta un potente instrumento de indagación con el que adentrarse en el magma existencial del que terminaría desgajándose Mimoun (1988), tras una experimentación truncada con un bo- rrador perdido que antecede y al que en varias ocasiones titula Las fronteras de África, el cual derivaba de su paso por la ciudad marroquí de Sefrou entre los años 1977 y 1979. «No debería leer a [Paul] Bowles —escribe el 15 de febrero de 1986— mientras me da vueltas en la cabeza una posible novela marroquí y escribo algunas páginas con historias de los años que pasé en ese país, pero caigo en la tentación» (Vol. 1: p. 142). Sea como fuere, bastantes meses más tarde, en fecha de 19 de junio de 1987, Chirbes anota teniendo ya en mano los primeros ochenta folios de la que será su primera obra narrativa impresa: «No va a ser la novela de quinientas páginas que yo creía cuando la empecé. Será más bien una novelita corta, una nouvelle, y su modelo no es Bowles, ni Forster, sino Otra vuelta de tuerca, de Henry James, ese clima que tengo en la cabeza, esa resbaladiza ambigüedad moral» (Vol. 1: p. 180; véase también p. 172 del mismo volumen). Ese maldito tono germinal —nos permitimos añadir nosotros— que se erige en la quête que modula el proceso creativo de la obra aún informe y por concluir. Verba_hispanica_XXX_FINAL.indd 222 10. 01. 2023 10:35:23 VERBA HISPANICA XXX • RESEÑAS 223 Sugestivo, por lo demás, el carácter testimonial de estos diarios para poder reconstruir con certeza el aluvión de lecturas con las que, en el período que abarcan estos dos primeros volúmenes, el añorado escritor alicantino iba pu- liendo y aquilatando, ladrillo a ladrillo, su habilidad creadora. Un listado en el que tantos autores alemanes descuellan (Robert Musil, Hermann Broch, Walter Benjamin, Thomas Mann, Stefan Zweig e incluso Franz Innerhofer), junto al más esperable bagaje literario de cuño francés, teniendo a Balzac por abanderado de una tradición con la que Chirbes se desenvolvía con la natu- ralidad que deriva de tenerla por segunda piel identitaria. Y también junto al igualmente esperable listado de autores españoles (Max Aub, Corpus Barga, Juan Marsé o el obvio Galdós) que sirven de fugaz contrapeso a la angustia existencial que le asalta cada vez con mayor frecuencia: «Es tarde —escribe el 28 de noviembre de 2004— para alcanzar casi nada de lo que proyecté en la adolescencia. Estoy solo en esta casa apartada, rodeado de libros» (Vol. 1: p. 448). Todo ello plantea en el lector —y menos, tal vez, en el estudioso puro de la obra de Chirbes— un escrúpulo de conciencia que admito que todavía no he logrado resolver con la debida frialdad. Y que es un escrúpulo que arranca de muy lejos, de cuando hace años, en el transcurso de una conversación mante- nida con Claudio Magris se tocó la génesis de la trilogía autobiográfica de su buen amigo Elias Canetti y, más concretamente, de La lengua salvada (1977). Magris hizo entonces una larga pausa. Y, tras meditar las palabras con mucho cuidado, concluyó: «Creo que fue un error. Nunca debió publicar esta obra». Ante mi sorpresa, Magris agregó: «Elías Canetti proporcionó las claves de Auto de fe. De algún modo esta dejó de ser obra abierta para sugerir en cambio al lector una interpretación única e inequívoca». Aludía Magris al riesgo de que, a partir de entonces, el lector pudiera verse inducido a establecer corres- pondencias reductivas y engañosas entre la obra de ficción y los avatares del artífice. Me pregunto, por ello, con un cierto temor si las notas diarísticas de Chir- bes no funcionarán en lo sucesivo como reactivo que termine enmascarando también al conjunto de la obra que nos ha legado. Uno teme que el relato des- carnado de la vida privada de Rafael Chirbes, que constituye un autoexamen crítico que el propio autor pasa con valentía al papel como buscando reflejo verbal en la superficie bruñida de un espejo, termine asimismo simplificán- dose. Y termine poniendo en riesgo la interpretación crítica adecuada de una producción narrativa a la que pueda afectar el reductivismo de una existencia Verba_hispanica_XXX_FINAL.indd 223 10. 01. 2023 10:35:23 VERBA HISPANICA XXX • RESEÑAS 224 que, en los duros años ochenta transcurridos en el epicentro madrileño, vagó por entre los reclamos ora de un Eros y ora de un Tánatos despiadados. Ojalá que me equivoque, pues la descripción en estos diarios del deambular peri- patético de Rafael Chirbes por entre las ruinas del mundo se me antojan un sismógrafo que, sobre la superficie del rollo de papel, ha dejado diligente y precisa constancia gráfica de las oscilaciones que sacudieron una existencia que el autor supo llevar hasta el límite para volver de allí (casi) indemne. Lo mejor está, con todo, por venir. Las últimas e intensas cien páginas del Vol. 1 de esta primera entrega ponen al descubierto hasta qué punto el es- critor alicantino fue encontrando progresivamente mayor comodidad en los cauces del género textual del diario. Exhilarante (aunque algo menos para el autor que padeció sus consecuencias) la descripción de la tournée de Chirbes por Alemania y el Cantón de Zúrich a las puertas del otoño de 2004 y a re- molque de la publicación de Los viejos amigos en el año precedente (entradas a partir del 18 de septiembre de 2004 [Vol. 1: pp. 369-393]). Un viaje que le llevó, por añadidura, a un área cultural ya abonada a fondo para el alicantino desde que en un lejano 5 de junio de 1998, dos años después de publicada La larga marcha (1996), Marcel Reich-Ranicki elogiara dicha novela desde la tribuna de El Cuarteto Literario, el influyente programa televisivo que emitía la Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF). Será sin duda igualmente intensa la lectura con la que, quien se acerque a estos diarios íntimos, recorrerá la pormenorizada crónica del reencuentro con los supervivientes y fantasmas del pasado remoto de su infancia. Un reencuentro que se produce décadas después de que fallecido el padre, y cuando Chirbes contaba apenas cinco años de edad, ingresara en los colegios de huérfanos de ferroviarios de Ávila y León (entrada correspondiente al 14 de octubre de aquel mismo año [Vol. 1: pp. 402-412]). Todo ello da pie en estas notas a que el lector pueda vislumbrar, a la manera de voyeur indiscreto, cuanto supuso la expulsión del perdido paraíso levantino antes de ser arrojado a las estepas castellanas, como un pecio a la deriva tras el primer naufragio existencial. Jorge Canals Piñas Università degli Studi di Trento Verba_hispanica_XXX_FINAL.indd 224 10. 01. 2023 10:35:23