Luisa Futoransky Francia, gente del sur, 20/12/1993 En Avignon, durante la noche del viernes se produjo un incendio racista en la librería Holstein; lo firmaron pintando estrellas de David. En Montpellier, una joven carga nafta en una estación de servicio cuando un encapuchado, arma en la mano, la obliga a entregarle la tarjeta de crédito con su código correspondiente; la encierra en el cofre de otro auto, se detiene en un par de cajeros automáticos para extraer el máximo de dinero obtenible y se va. La chica consigue salir del cofre tres horas después. En Córcega, un cazador trensportaba un jabalí que acababa de matar; otro cazador cree ver ante sus ojos un jabalí vivo, dispara y mata al primer cazador. Yo, beduina de la lengua y sus tropiezos. Por lo general parezco pacífica. Aterrada de violencia. Mi tienda es de arpillera. Con plásticos abandonados, calafateo mis naufragios. SPIRITS IN THE CITY OF WOMEN 103 Chalecito en Vila Devoto Por qué papá dejaría al alcance de mi mano, hacia comienzos de mi pubertad, un revólver? Por las tardes, cuando sola, en vez de hacer los deberes, yo me entretenía haciendo girar el tambor y gatillando. Las balas estaban aparte. Un fuerte instinto vital me impide aún unir la realidad con el terrible deseo. SPIRITS IN THE CITY OF WOMEN 103 Receta de cocina Antonin Artaud escribía al editor de una revista: "La literatura propiamente dicha me interesa poco, pero si de casualidad juzga apropiado publicar el poema, le ruego que me envie las pruebas pues me importa mucho cambiar dos o tres palabras." El secreto del trabajo de escritor reside -creo-, más allá del genio, la felicidad o la locura, en el cambiar hasta el suspiro final del texto, las dos o tres palabras que por no ser exactas, sobran, distraen o importunan. SPIRITS IN THE CITY OF WOMEN 103 La enana Muy tarde comprendí que uno no sólo no crece más, sino que se encoge, no de hombros, sino de todo. Alguien que no me había visto durante cierto tiempo me dijo: -Pensé que eras mucho más alta. Después empecé a tener que ponerme en puntas de pie para asir cosas que antes tomaba normalmente. Ahora vivo en el respiradero del zócalo. Ver el mundo de abajo. Cómo alcanzar, las nubes, la mesa, lo esquivo de tu boca. SPIRITS IN THE CITY OF WOMEN 103 Ella, la pescadora Hay tardes en que quisiera ser una mujer portuguesa de un negro redomado de pelo a uña de los pies con la sola ocupación de esperar las mareas que traen y llevan a mi hombre, las algas y los peces. En cambio, en el reparto de afantes me tocó creer que descifro las oscilaciones pendulares de mi alma, de la tuya y las de nuestra parentela de fantasmas oh! las lentejuelas agónicas de los peces en las redes y yo, silabeando tu rostro con mi desbrujulada roseta de Champollion palmo a palmo, vicisitudes de días, noches y vigilias pieles y sudores de los que soy extranjera sin remedio (no estuve tanto tiempo en ninguno de tus sueños!) y ahora te trae la marea a mi corriente, mi delta vos, amanecido de troncos, espuma, pez araña serpientes, monstruos marinos, redes, astrolabios aparecidos -que los del mar son los verdaderos- vocales dolorosas, tarantulados tradúceme, tradúceme que remo contracorriente y me fatigo mi sombra se fatiga, pide tregua, levanta jalón blanco porque anunque se pegue a tu sombra son dos sombras entonces; contame un cuento: las viñas suelen plantarse entre las piedras porque recogen el calor del día y a la noche se lo devuelven a las viñas y tomaste mi mano para detenerla sobre un muro tibio de Lisboa. A lo mejor habías comprendido que era mi tarde de ser pescadora portuguesa y no querer tener otra idea en la cabeza que el latido de la línea del horizonte, la arena entre los pies y basta. SPIRITS IN THE CITY OF WOMEN 103 / _ Ultima Tosca clamo por un kris, de hoja con dibujo de víbora, que haya servido con frecuencia para que no se equivoque, que haya guardado sangre herrumbrada en las ranuras, clavarte un kris hasta el mango Un amanecer de junio 44 ángel sin nombre Entre los siete judíos asesinados en Rillieux por la milicia francesa un joven desconocido rubio y alto cantó para los otros para sí e lucevan le stelle Los victimarios no lo dejaron tuvieron miedo de que abordara el do de pecho final nadie me frota boca a boca el estropeado corazón Luisa Futoransky (Argentina, France): Writer, poet, essayist. She has published eight books of poetry and four novels: Cheveux, toisons et autres poils (1991), Chinois, chinoiseries (1984), Partir, te dis-je (1984), Honey Moon ( 1 995). SPIRITS IN THE CITY OF WOMEN 103