Maria Lourdes Gasillon Universidad Nacional de Mar del Plata DEL NATURALISMO AL NEORREALISMO: BERNARDO KORDON, TESTIGO DE SU TIEMPO Palabras clave: relato, lo cotidiano, marginalidad, viaje, mentira, supervivencia, muerte 1. Introduccion Este trabajo intenta analizar algunos textos del escritor argentino Bernardo Kordon, cuyo rasgo comun es la eleccion de personajes y espacios marginales de la sociedad por-tena en los anos '50 y '60. Asi, en el corpus seleccionado (mas alla de las particularidades de cada caso) el sujeto de la enunciacion cuenta, da testimonio y describe, mediante una forma de realismo que no denuncia ni se queja, sino que prefiere mostrar diferentes situa-ciones cotidianas utilizando un lenguaje simple y comun. Como se podra observar mas adelante, el autor presentara distintos tipos de personajes de clases bajas o medio-bajas que configuran un testimonio de las formas de vida de una gran parte de la poblacion de Buenos Aires en aquel momento historico. 2. La vida cotidiana en la ciudad Para comenzar a hablar sobre Bernardo Kordon es importante tener en cuenta el genero literario al que pertenecen los textos a analizar. Siguiendo la postura de Juan Jose Sebreli (1997: 139-141), estos no son cuentos propiamente dichos, sino relatos, pues tiene las siguientes caracteristicas particulares: son lineales, no presentan una trama bien definida con un comienzo y un final, tienen una estructura irregular/desordenada, y repre-sentan fragmentos concisos, discontinuos y contingentes -al igual que la vida humana-. Al mismo tiempo, aparece la trivialidad como otra cualidad reiterada en su narrativa. Un claro ejemplo de ello es «La ultima huelga de basureros», donde se muestra como extraordinario un hecho cotidiano en las grandes urbes: la huelga de los recolectores de basura; por lo tanto, segun Sebreli, «lo cotidiano es [...] por demasiado conocido, lo des-conocido» (1997: 140). En este relato narrado en tercera persona omnisciente (a veces, alternada con una primera persona plural), se habla sobre una huelga de basureros que esta localizada en un tiempo y lugar precisos: del 22 de diciembre hasta los primeros dias de enero en la ciudad de Buenos Aires, y los sucesos son contados a la manera de una cronica policial de diarios: El hecho se produjo en la manana del 22 de diciembre. El camion Dodge unidad N° 207 de la Direccion General de Limpieza se encontraba en plena labor por la calle Arenales. [...] El vehiculo estaba detenido en el centro de la calzada y este detalle provoco la protesta de Isidoro Camuso, industrial de 45 anos, que conducia su Valiant chapa 597.905 de la ciudad de Buenos Aires. [...] Justamente en ese instante los recolectores transportaban los enormes tachos pertenecien-tes a los edificios senalados por los numeros 1856, 1858, 1845 y 1849 de la calle Arenales, que no cuentan con sistemas de incineracion de residuos. Si hemos senalado que el conductor detuvo el camion en medio de la calzada, obstruyendo el paso al trafico y se mostro impasible a los requerimientos del automovilista demorado [...]. (Kordon, 1975: 345) En este sentido, puede observarse la enumeracion de los detalles precisos de marcas y patentes de los automotores, los numeros de las unidades transportadoras y su reco-rrido por las calles de la ciudad, tal como se presentan en las paginas de las secciones policiales de los periodicos, y cuyo narrador es homologable a la figura de un periodista que comenta lo sucedido a partir de fuentes testimoniales orales. Simultaneamente, dicho medio de comunicacion reaparece nombrado mas adelante en el relato junto a otros que se estan difundiendo a nivel masivo en la sociedad argentina de los '50-'60: la radio y el telefono, y las cuestiones asociadas a la libertad de prensa y las mentiras que pueden decirse en los medios. Por otra parte, a traves de un lenguaje coloquial y caracteristico de la poblacion por-tena, el texto describe los sentimientos -pavor, odio y humillacion- del industrial Isidoro Camuso, uno de sus protagonistas que siente agredido su honor por la resistencia de los huelguistas. Tal factor es el desencadenante de varias muertes y la persecucion de los obreros a cargo de la policia, utilizando para describir la escena imagenes de movimiento y velocidad (tambien en la divulgacion de la noticia): La policia fue alertada. Un radio patrulla desemboco a toda velocidad por la avenida Bel-grano y persiguio al camion basurero que huia hacia el sur [...]. Los testigos declararon que, en vez de frenar, el Dodge acelero para embestir con mayor fuerza al coche policial. De sus planchas retorcidas se retiraron tres cadaveres y un herido grave [...]. Se produjeron cuatro muertos (entre los transeuntes), pero protegido por su estructura de acero el camion prosiguio su carrera. Se extendio entonces el rumor que por razones politicas y sindicales habia orden de detener o balear a todos los basureros. Inmediatamente la noticia fue divulgada por una radio uruguaya y todos los camiones recolectores de basura [...] se dirigieron apresuradamente hacia los basurales del sur. (Kordon, 1975: 348) El campo semantico relacionado con la recoleccion de residuos (que incluye las pa-labras gremio, obreros, sindicatos, huelga) lentamente se contamina con la jerga policial/ delictiva y despues, el episodio toma otra connotacion, pues en un comienzo se trata de un hecho comun, pero poco a poco este va adquiriendo importancia y se convierte en algo descomunal que invade la capital del pais. Es decir, un conflicto gremial puntual, cotidiano y minusculo se transforma en una cuestion general que afecta a la totalidad de la poblacion de Buenos Aires y ello es perceptible en la recurrencia del pronombre indefi-nido todos y similares como el pronombre tanto y el adverbio totalmente. De esta manera, la basura esta personificada como algo que se acumula rapidamente, es indestructible y fagocita a todos los sectores ciudadanos -incluso a los funcionarios politicos y al ejercito, al que se alude con una marca de epoca: el golpe militar- por completo. Todo desaparece y Buenos Aires vuelve a ser la pampa desolada que encontraron los conquistadores espa-noles antes de su fundacion: [...] la basura comenzo a crecer tanto en los interiores como en las calles. Ambas corrientes se unian en puertas y ventanas con un siniestro sonido de deglucion. [...] la basura cubrio totalmente las torres de transmision. [...] tremula fuerza fosforescente sin pesantez engullo a la caravana de fugitivos y fue borrando el recuerdo de la ciudad. (Kordon, 1975: 351-352) 3. La ciudad marginal Asimismo, la velocidad, el tiempo fugaz y la desaparicion de los personajes estan presentes en «El remolino» con otras particularidades. En este caso, aparecen dos remo-linos: uno, vinculado a la vida tranquila del campo, la pesca, lo inofensivo y la infancia; otro, tiempo despues, ligado a la multitud, el movimiento giratorio, el torbellino y el peligro de la gran ciudad, donde se debe subsistir como sea. En este sentido, se alude a la migracion de los habitantes de las provincias a Capital Federal en busca de un trabajo digno y bien remunerado. No obstante, aqui se relata un ejemplo especifico -que tiene un tono de generalidad-, cuya protagonista es Hermenegilda, una joven del interior con piel oscura que se dedica a la prostitucion: -El remolino es lo mejor para pescar -le ensenaba el Beto-. [...] Aqui en la ciudad encontro el remolino en las estaciones ferroviarias, en algunas plazas y en muy pocas calles. [...] Aqui en la ciudad el peligro se dice hacer bandera, es decir llamar la atencion. El remolino humano trae solitarios hombres-peces, secos bagres o grasosos pacus, pero tambien tiras pechadores y charlatanes de vana degeneracion que preguntan y desapare-cen. (Kordon, 1975: 257-258). El narrador en tercera persona -omnisciente en algunas partes, cuando describe las impresiones del cliente de Hermenegilda- relata los hechos con precision espacial, ya que hace referencias concretas y reales a calles y barrios de Buenos Aires, matizandolos con la descripcion minuciosa del encuentro de la prostituta con el cliente y sus asesinos, y el dialogo entre los personajes de ambas situaciones. El primero de estos nucleos narrativos focaliza el detalle del cuerpo visto como un objeto sexual de compra y venta, que sirve para satisfacer al hombre por un instante: Con el gesto automatico del cierre relampago se quito el vestido y quedo en calzones y sosten blancos que contrastaban con el cuerpo cobrizo, casi negro. [...] Negra con pies grandes y piernas anchas, de ninez descalza y caminadora. Al soltarse el corpino resbalaron los pesados pechos de enormes pezones morados. Aquello prometia como un inerme objeto sexual [...]. (Kordon, 1975: 259) En la anterior cita y a lo largo del relato se pone el enfasis en la negrura de la piel de la muchacha que intriga y atrae al hombre en principio, pero luego esa condicion le provoca repulsion al darse cuenta de que estaba con una cabecita negra: una expresion que durante la epoca del presidente Juan Domingo Peron, en Argentina, se utilizaba para hacer referencia a la gente de las provincias que se trasladaba masivamente hacia Buenos Aires en busca de trabajo. Hay una contraposicion fuerte en el discurso del narrador cuando caracteriza al porteno (con cualidades positivas) y al provinciano, quien encarna lo negativo, lo oscuro, lo maligno porque viene a quitar las oportunidades laborales a los blancos, a robar y a hacer dano. Esta clase de inmigrante comienza a instalarse en la ciudad-puerto durante las ultimas decadas y cuenta con derechos constitucionales, pero el ciudadano capitalino los desprecia, oprime y descalifica agresivamente (Sebreli, 1997: 150-151): Cabecita, cabecita negra, salida de la tierra y color tierra como un gusano, el pensamiento torcido de quien viene a arrebatar la tranquilidad y los bienes y hasta la salud del hombre blanco de la ciudad. [...] El porteno es limpio, rosado, rico, hospitalario. Su ciudad fue el templo de virtudes con-sagradas en todo el mundo, hasta que el cabecita trajo la doblez, la rapina, el resentimiento social, todo aquello oscuro como su piel. (Kordon, 1975: 260-261) Algo similar ocurre hacia el final en el encuentro casual y peligroso de la mujer con unos agresores desconocidos, quienes por efecto de la droga o simplemente por humillar-la, le roban su dinero, la insultan y la matan sin piedad: -Mostrale el bufoso a la negra para que aprenda. [...] -Deja esa negra de mierda y vamos a la Panamericana -se lamento el flaquito-. [...] -[...] Larga esa cabecita -rogo el flaquito-. (Kordon, 1975: 263) Por otra parte, en su trabajo cotidiano ella interpreta un papel frente al cliente a cambio de dinero, limitandose a decir lo estrictamente necesario y resguardando su verdadera identidad a traves de mentiras que la definen como una cuentera, al igual que otros per-sonajes de la narrativa kordoneana. En definitiva, expresa datos falsos para construir su doble o alter-ego: -^De donde sos? [...] -De aqui cerca: santafecina soy. (Kordon, 1975: 259) -^Cömo te llamas? -pregunto el hombre en otro vano intento de detener el vortice del remo-lino que ya lo tragaba. Mientras se ponia los zapatos ella dijo Nelly o Betty, cualquier nombre de batalla que no significaba gran cosa [...]. (Kordon, 1975: 260) Ademas, aparece el lenguaje coloquial rioplatense de clase baja o medio-baja al que pertenece esta mujer (como «^Anduvistes con ese atorrante del Beto?» (Kordon, 1975: 257)) y ciertas convenciones de epoca que debe respetar debido a su condicion femenina; por ejemplo, la parte de un cafe destinada a las familias: Vio una mesa recien desocupada en el cafe de Pueyrredön y Sarmiento y alii se sento. Era el reservado para familias, caso contrario no se hubiera atrevido a entrar. (Kordon, 1975: 261) Retornando al planteo de Sebreli (1997: 164-167), los hombres a los que afecta el remolino de la ciudad son mayormente los marginados sociales que realizan trabajos fuera de la ley o del codigo de la burguesia, y cuya vida es fragmentaria ya que no tienen una relacion fija con nadie o un hogar determinado para vivir. Estos nomades recorren la urbe e intentan evadir asi su soledad. En el relato analizado, se trata de un personaje doblemente desplazado: prostituta y cabecita negra, quien camina mucho por los barrios y finalmente, intenta llegar a su vivienda, tambien ubicada en un espacio totalmente marginal (la villa) y alejado del centro (el suburbio o arrabal): No temio como otras veces llegar tarde a la villa donde vivia. Resolvio dar otra vuelta antes de volverse a casa. Le toco caminar mucho. El remolino de la estacion Once abarcaba la ave-nida Pueyrredon hasta llegar a Corrientes, y por Rivadavia hasta Congreso. (Kordon, 1975: 262) 4. En busca de nuevas oportunidades El tema del viaje a la ciudad en busca de oportunidades se reitera en el relato «Fui-mos a la ciudad». En este caso, de manera similar a la tematica de un tango de principios de siglo, se narran las peripecias de Florinda, quien sufre un desengano amoroso y quiere mejorar su condicion economica yendo a Capital Federal (al igual que Hermenegilda), pero alli cambia su personalidad para adaptarse a su nuevo ambiente social. Dicho per-sonaje femenino al igual que la madre y otras hermanas es visto negativamente por el narrador, quien esta relacionado afectivamente con ellas pues es un personaje mas de la historia (el hermano menor). Asi, esta primera persona protagonista -que narra en singular cuando se refiere a si mismo o en plural, cuando incluye a su familia- se construye discursivamente como un buen hijo que no abandona a su padre enfermo a pesar de vivir unos dias en Buenos Aires y por eso, se diferencia de las mujeres que lo rodean: Por eso el viejo andaba sentido de tanta ingratitud y solo quedaba yo para traer unos pocos pesos que cada dia alcanzaba para menos. Mi hermana contesto que el viejo era un egoista, que nunca le importo que sus hijas anduvieran sin zapatos y se les formaran costras en las patas, y por eso se fueron todas. (Kordon, 1975: 12) Entonces dejo de hacerse el dormido y me dijo que yo era un buen hijo. (Kordon, 1975: 19) jY yo que quise darle la sorpresa de volver para ayudarle! -Hubiera sido lindo para el -dijo el Pancho-. Eso justamente lo tenia jodido: que lo dejaron solo. (Kordon, 1975: 25) Si bien este muchacho debe trabajar desde nino junto a sus hermanas para mantener el hogar y tambien intenta adaptarse, como lo hace su familia, a las estrategias de super-vivencia de la ciudad, no cambia completamente porque siempre siente carino y respeto por la figura paterna. Manifestando una actitud distinta a la de Florinda, menosprecia la nueva personalidad de su hermana, de la que quiere vengarse en una oportunidad (al igual que el Cholo), y mira negativamente el lenguaje burlon de los portenos. Sin embargo, en cierto modo el tambien adopta la denominada viveza criolla en la ciudad y abandona su antigua ingenuidad. En otras palabras, el protagonista se convierte en un picaro urbano que, acompanado por su socio Tito el Patas Chuecas, aprende a sobrevivir en la calle mediante la interpretacion de un papel que provoca lastima en los transeuntes. Con esas limosnas comienza a disfrutar de comidas que antes no tenia, y que se contraponen a las de su vida en el interior: Esa mesa parecia de velorio, dos botellas de vino y muchas cosas ricas que mi hermana trajo de Buenos Aires [...]. (Kordon, 1975: 14) Mama sirvio la sopa. (Kordon, 1975: 17) Nos sentamos en una lecheria. Pedimos cafe con leche y doble porcion de medialunas con dulce de leche. Despues contamos la plata. [...] Entramos en una heladeria. Comimos helados tras helados, de siete clases. (Kordon, 1975: 21-22) Todas estas estrategias de supervivencia y sabiduria callejera que desarrollan el protagonista y sus hermanas, de las cuales una de ellas tambien se dedica a una profesion marginal: la prostitucion como en el caso de Hermenegilda, esta enmarcado por un reco-rrido/movimiento urbano de estos personajes por distintas calles y zonas de la Capital, desde su llegada en tren a la misma: Subimos en el omnibus 150 y nos bajamos en Congreso para caminar por la calle Rivadavia. (Kordon, 1975: 21) [...] me conto el recorrido que hacia mi hermana por Rivadavia, desde Congreso hasta Once, y despues por Pueyrredon hasta Sarmiento. Tuve ganas de preguntarle otras cosas, pero la calle terminaba de ensenarme la leccion: calladito y con cara de angel todo iba a salir de lo mejor. (Kordon, 1975: 22) Finalmente, cabe agregar que a lo largo del relato se articula la narracion y el dialogo entre los personajes, optandose por un lenguaje coloquial de clase baja, un vocabulario grosero y el uso del voseo en algunas oportunidades: [...] mi madre movia la cabeza como diciendo que si, que yo era muy pelotudo. (Kordon, 1975: 13) -^Me acompanas? -^A donde? -y se le torcio la jeta pintada. (Kordon, 1975: 14) -^Que haces ahi? -me reto el Cholo-. ^Andas espiando? -Me duele la barriga -se me ocurrio. (Kordon, 1975: 16) 5. El camino de la vida El anterior relato culmina con un final tragico: la muerte del padre del narrador. Dicha tematica se repite en otros textos de Kordon y afecta a sus personajes mas importantes. Uno de ellos es «Estacion terminal», donde la narracion esta a cargo de un individuo en sus Ultimos momentos antes de morir. Es decir, utilizando la primera persona singular, el protagonista describe sus sensaciones y sentimientos previos a la muerte a traves de sus sentidos: Me estoy muriendo aqui tirado en el sofa y tengo miedo de la crueldad de las cosas. (Kordon, 1975: 353) Si las cosas no se preocupan por mi, en cambio yo sufro por ellas. Siento la aspereza de la tela del sofa, veo el veteado de la madera y la luz en el cristal. Pues todo comienza y termina con los sentidos. Porque yo y el mundo no morimos juntos. (Kordon, 1975: 354) Abro los ojos y trato de ver. Los sonidos me envuelven y revientan en mis oidos. [...] Muero rodeado de libros y no recuerdo ninguno. [...] Ahora le digo basta a la vida, pero mis sentidos se aferran a las cosas. (Kordon, 1975: 356) Valiendose del tacto, la audicion y la vista, emite un discurso sobre las cosas materia-les y se detiene en una codorniz de marfil que trajo de su viaje a China. Luego de realizar un detalle sensorial amplio de este objeto decorativo y mediante el mismo -asociado a una gallina-, su mente conecta uno de sus recuerdos pasados con el presente que vive. Para este narrador, los objetos y el arte son inmortales a diferencia de los humanos, como el mismo, que esta en trance de morir. En este retroceso temporal, su pasado y su actua-lidad se metaforizan a partir de homologar el viaje en un colectivo con la vida misma, los cuales tienen un punto final/destino: la estacion terminal (cuyo adjetivo da cuenta del termino o fin de algo) en el primer caso, que esta en los suburbios, los arrabales, las afue-ras de la ciudad, y la muerte, en el segundo. En ese movimiento/vagabundeo urbano, se hacen presentes los dialogos entre los pasajeros, el uso de la primera persona plural para expresar la experiencia grupal, se detallan lineas precisas de colectivos y sus recorridos, la actividad de los vendedores ambulantes en este tipo de transportes y la carga semantica fuerte de la palabra final al ser reiterada muchas veces: Muchas veces me propuse tomar el colectivo 252 hasta el final del recorrido. [...] El colec-tivo 252 -amarillo con firuletes negros y colorados asoma cautelosamente su trompa por la esquina de Anchorena. Estoy pues en el barrio del Abasto, en la calle San Luis. (Kordon, 1975: 356) Sonreiamos a modo de disculpa y esperamos el proximo coche, con la determinacion de lle-gar al final del recorrido. (Kordon, 1975: 357) Aparecieron los vendedores para perorar y repartir lapiceras, estampas religiosas, turrones de mani, viejas revistas infantiles o de modas. [...] Parecen conocer las particularidades de los pasajeros de la linea 252, gente dispuesta para un viaje sumamente largo y de problematico final. (Kordon, 1975: 358) En ultimo termino, al comenzar el texto, el propio Kordon hace una autorreferencia al escribir las iniciales bk (las mismas de su nombre) para aludir nuevamente a un narrador personaje como doble o alter-ego del autor, y a la vez, a una de sus obras: «Bairestop» (1975), pero en expresiones separadas que remiten tambien al destino -baires- del viaje en colectivo (ciudad de Buenos Aires) e incluso de su propia vida, y al final/la ultima parada/la muerte del protagonista -stop-: Pues el mensaje recibido es claro: destino baires. Un destino como cualquier otro: rigurosa-mente casual. Texto a transmitir: stop. (Kordon, 1975: 354) 6. Otras formas de comunicacion De la misma manera, en el relato «El sordomudo» se retoma el asunto de la muerte, pero en una veta mas policial y delictiva, al igual que en «El remolino», pues el joven discapacitado es victima de un asesinato a manos de Severino, un ex-boxeador convertido en linyera. Una vez mas, la literatura de Kordon prefiere un personaje marginal en la so-ciedad, que vagabundea libremente por Buenos Aires y el pais. En este punto, se asemeja al camionero que vagabundea por distintos lados debido a su oficio de transportador de mercaderias, y ademas, ambos se encuentran de manera azarosa y fortuita. En compania de Cachito, realiza diferentes recorridos por las calles de la ciudad y sus regiones subur-banas, que estan muy bien detalladas por el sujeto de la enunciacion al igual que en otros textos de este escritor argentino: Al dia siguiente volvieron al sur. Despues de entregar mercaderias por los alrededores de Constitucion, tomaron por la avenida Montes de Oca y cruzaron el Riachuelo por el puente Pueyrredon. [...] Aceleraron por la avenida Pavon. (Kordon, 1975: 275) Dias despues fueron a Retiro con una carga de bobinas. Tomaron la avenida que se interna por el flanco del ferrocarril Belgrano. (Kordon, 1975: 277) Esta narracion -mas extensa que las anteriores- esta dividida en seis partes fragmen-tarias, donde se narran en tercera persona las experiencias, sentimientos y sensaciones de Aristobulo y su ayudante sordomudo. Tal discapacidad imposibilita la comunicacion verbal entre ambos, si bien el texto cuenta con bastantes dialogos entre el camionero y otros personajes, en los que aparece el lenguaje coloquial y el voseo rioplatense. En su lugar, se apunta a la profundizacion de otras formas comunicativas como el lenguaje de senas/gestos, los dibujos, las imagenes auditivas, las exclamaciones y la interpretacion de sensaciones diversas: El mudo los senalo: -jUuuu! -hizo con los ojos muy abiertos de admiracion. -^Que te pasa, pibe? El mudo insistio en mostrar el tren que desaparecia hacia el sur. -jUUU! -aullo como un lobo. (Kordon, 1975: 273) Aristobulo se pregunto que representaria para el sordomudo el paso del tren. Se le ocurrio que todo [...] debia de ser fantasmas. Por primera vez en su vida se imagino las sensaciones de otro ser y se esforzo en comprenderlas. ^Y si el se volviese sordo algun dia? [...] El muchacho retiro de un bolsillo dos hojas de papel. Mojo con la lengua la punta del lapiz y se aplico en trazar rapidamente un dibujo. (Kordon, 1975: 275-276) Paralelamente, la caracterizacion psicologica de Aristobulo se modifica a lo largo de la narracion, ya que en un principio es soberbio, se cree superior a su ayudante, lo despre-cia en cierta manera y se compadece de el por su dificultad. Sin embargo, despues siente carino hacia el muchacho y tristeza por su asesinato, al mismo tiempo que va perdiendo tambien la capacidad de hablar y escuchar, mimetizandose con Cachito, volviendose mas humano y mas perceptivo al desarrollar otros sentidos: -Yo tambien soy como sordomudo -se dijo en vos alta. El muchacho lo vio hablar y le hizo un gesto de incomprension. -Asi es -insistio el camionero-. No entendemos nada de nada. (Kordon, 1975: 283) -^Que te pasa? ^Te contagio el mudo? ^O no sabes que aqui te vamos a hacer hablar de cual- quier modo? (Kordon, 1975: 283) 7. La mentira, una estrategia de supervivencia Continuando el abordaje por la literatura de Kordon, nuevamente el final tragico de un personaje reaparece en otra de sus obras fundamentales: «Toribio Torres, alias 'Garde-lito'». Ya en este titulo, esta presente una de las caracteristicas principales del personaje central: la palabra alias, que significa de otro modo, por otro nombre y se relaciona con un doble comportamiento de Toribio, o sea, su figura como doble o alter-ego del autor real y tambien, como un cuentero que construye narraciones, enganos y personajes cons-tantemente para sobrevivir en la calle: -^Vivis lejos? -pregunto la mujer. Empleaba un tuteo forzado y desdenoso. Y Toribio mentia, mentia siempre, mas por sistema que por conveniencia. -Vivo en Avellaneda. (Kordon, 1961: 47) 'Soy un cuentero', penso con repentina alegria. 'Puedo enganar a este Fiacini como engane a Leoncio. Puedo enganar a cualquiera'. Y esa seguridad crecia en el como un canto interior. (Kordon, 1961: 97) Respecto de este punto, Sebreli (1997: 152-155) agrega que el personaje, al igual que la prostituta Margot (como la del famoso tango) y los diferentes nombres/mascaras que adopta para trabajar con los hombres, aparenta ser algo que no es: un cantante reco-nocido, de ahi su pseudonimo Gardelito -con el sufijo diminutivo que lo pone por debajo del cantante real y denota su edad-. Es decir, Toribio es un cuentero y un artista que pre-tende cantar tangos, pero como no lo logra, continuamente representa una comedia frente a otros -por ejemplo: la mujer elegante, el cocinero Leoncio, la duena de Pucky, etc.-. Engana a sus victimas siguiendo sus planes bien elaborados para sobrevivir en Buenos Aires; y sus mentiras son una forma de arte que le permiten salir beneficiado de cualquier situacion problematica. De esta manera, se constituye como un picaro urbano o antiheroe que aprendio de la calle a enganar a las personas y a traicionar a sus companeros si lo necesita, como por ejemplo, Alberto. Pese a esto, hacia el final, el propio Torres sera una victima de la traicion de Picayo y la venganza de Fiacini -otro picaro estafador y vividor-. En realidad, para Toribio el mal no es el mejor camino y se da cuenta de que esta solo en la gran ciudad, por ello quiere afirmarse/redimirse como persona y buscar en Picayo a un companero que lo respalde en su nueva vida sin mentiras y su arrepentimiento. No obstante, la parodia esta en ese pun-to: el picaro burlador es burlado por sus pares al decir la verdad por primera vez, y debe pagarlo con su vida -nuevamente, el final tragico para el protagonista-. Asi se expresa el sujeto de la enunciacion ante este aspecto: Sintio la detonacion como un golpe de gong en el cerebro. Y fugazmente tuvo la revelacion de perderlo todo porque una vez dijo la verdad, cuando se sintio muy solo y busco un amigo. (Kordon, 1961: 118) En tercera persona, el narrador -por veces omnisciente- de este largo relato o nouve-lle construye una biografia (Sebreli, 1997: 151) del personaje dividida en tres partes y con la particularidad de la preeminencia del dialogo entre los personajes, a modo de una representacion teatral urbana en la que cada uno desempena un papel para obtener un be-neficio economico. En dicha historia de aventuras fugaces, Gardelito es un desarraigado social que viaja del interior a Buenos Aires para mejorar su condicion, pero unicamente intenta sobrevivir como puede, sin esforzarse demasiado y vagando por las calles de la Capital (que conforman referencias espaciales detalladas y reales), sus barrios, conven-tillos llenos de mugre y olor, y hoteles o pensiones de baja categoria que va encontrando a su paso en zonas marginales/bajas de la urbe, pues no tiene un lugar fijo para vivir des-pues de abandonar a su familia obrera: -^En que parte de Talcahuano vivis? -En el Hotel Italia, cerca de Sarmiento. (Kordon, 1961: 81) Pago el cafe y echo a andar hacia el sur. Repentinamente le domino un cansancio deprimente al atravesar la Plaza Constitucion. Arrastraba los pies sobre los guijarros del sendero. [...] El hecho de andar por ese sendero polvoriento le trajo el recuerdo de sus largas caminatas de muchacho por los parques de Palermo [...]. Era el muchachito provinciano, y repentinamente las calles del barrio de Palermo lo atraparon y empezo a sentirse otro. Se hizo agresivo porque sentiase en un medio hostil, y comenzo a elucubrar y mentir porque lo abrumaba la sensacion de su debilidad. (Kordon, 1961: 109) 8. Conclusiones A modo de cierre del presente trabajo, se observo una constante en las narraciones elegidas: la aparicion de personajes desclasados y/o discriminados por la sociedad bur-guesa de los anos '50 y '60, particularmente, los vagabundos o personajes que se con-vierten en nomades a partir de sus viajes y recorridos por la ciudad de Buenos Aires. Por esta razon, podria decirse que el autor toma algunos aspectos minusculos de lo que Mijail Bajtin (1990: 200-201) denomina novela de vagabundeo, pues los protagonistas se mue- ven por espacios disimiles y viven aventuras diferentes, con lo cual el artista expone y describe la heterogeneidad social y espacial de la Capital Federal, los grupos de indivi-duos que conviven en ella (casi todos marginados) y sus formas de vida -los recolectores de basura, los cuenteros, las prostitutas, los que presentan una discapacidad fisica, etc.-. Este detalle de la realidad argentina de esa epoca esta asociado en varios ejemplos a heroes o anti-heroes que sobreviven de cualquier manera: enganando, asesinando, robando, etc. -estando fuera de la ley- a sus semejantes y asimilando la tradicion de la picaresca europea. En ninguno de los relatos analizados, se evidencia una actitud moralizante, sino un realismo que exhibe la conciencia de epoca marcada por los encuentros y desencuentros de personajes que estan conformes con la vida que les toca en suerte, generalmente, y que se producen en un ambito urbano y cotidiano muy bien descripto a partir de indicios de locaciones espacio-temporales precisas -muchas veces en lugares perifericos-. Con ese objetivo, Kordon suele detenerse en los procesos migratorios de personas del interior a Buenos Aires para encontrar ciertas oportunidades, acompanando las descripciones mi-nuciosas con imagenes olfativas y gustativas que complementan la fragilidad existencial de los antiheroes. BIBLIOGRAFIA Abbate, F. (2004): «La exploracion de lineas heterodoxas. Enrique Wernicke, Bernardo Kordon, Arturo Cerretani, Alberto Vanasco». En: Noe Jitrik (dir.): Historia critica de la literatura argentina. Buenos Aires: Emece, 573-597. Bajtin, M. (1990): «La novela de educacion y su importancia en la historia del realismo». En: Es-tetica de la creacion verbal. Mexico: Siglo XXI, 200-247. Kordon, B. (1975): Todos los cuentos. Buenos Aires: Corregidor. Kordon, B. (1961): «Toribio Torres, alias Gardelito». En: Vagabundo en Tombuctu, alias Gardelito y otros relatos. Buenos Aires: Losada. Olguin, S., Zeiger, C. (1999): «La narrativa como programa. El realismo frente al espejo». En: Noe Jitrik (dir.): Historia critica de la literatura argentina. Buenos Aires: Emece, 377-401. Sebreli, J. (1997): «Los relatos de Bernardo Kordon». En: Escritos sobre escritos, ciudades bajo ciudades. Buenos Aires: Sudamericana. OD REALIZMA DO NEOREALIZMA: BERNARDO KORDON, PRIČA SVOJEGA ČASA Ključne besede: zgodba, vsakdanjost, marginalne skupine, potovanje, laž, preživetje, smrt Avtorica v prispevku analizira pripovedna besedila argentinskega pisatelja Bernarda Kordona, katerih skupna značilnost je prisotnost marginalnih oseb in prostorov, značilnih za Buenos Aires v 50' in 60' letih prejšnjega stoletja. Pisatelj v izbranih besedilih (prek pripovedovalca in oseb) pripoveduje, priča in opisuje na realističen način, s katerim ne obtožuje ali kritizira, temveč želi pokazati različne vsakdanje situacije, tudi z rabo preprostega in grobega jezika. Junaki so v glavnem pripadniki nizkih ali srednjih slojev in predstavljajo način življenja velikega dela buenosaireškega prebivalstva v tistem zgodovinskem obdobju.